Pichikeche
En tus tiernos ojos negros encontré la fuerza que buscaba,
en tu sincera sonrisa de grandes dientes
el amor.
Tú sabes de sufrimiento y no debieras,
pero luego te hacen madurar.
Saltas, corres y ríes libre como el viento,
juegas y no tienes resentimiento.
En ti me inspiro optimista esta noche para escribir sobre el futuro,
pues a ti traspasaré el conocimiento
esperando que de a luz en ti una flor blanca de ocho hojas.
Nuestra madre llama,
hay que oírla pues es ella la que provee y
tus tiernas manos se despiden sin una lágrima,
pero llenas de valor, amor y vida
ñi pichikeche.