Cada vez que escucho hablar de su persona,
siento el vacío que deja el recuerdo
y esta noche lo volví a soñar despidiéndose de mi.
Desperté con lágrimas de desespero y no se que decir.
Me persigue donde voy y no hay sombra que no se acuerde de ti.
Siento robada mi intimidad con cada marca en cada calle,
en cada esquina, en cada pared
y no me logro olvidar de ti.
¿Quién enseña a no recordar?
Esas mañanas cargadas de lluvia cuando solo se mira la ventana
hablan y yo no quiero oír,
solo quiero que se callen las voces para poder dormir.
Estas palabras las he tomado de tu abierta herida
y se como te sientes por la muerte de Matías;
toda mi fuerza para ti mujer
y que te alumbre el día en que la injusticia no quede impune
como el día de ayer.
A todas ustedes mujeres hermosas
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